domingo, 12 de enero de 2014

Su mirada podría encandilar a cualquiera que se cruzase en su camino, sus labios rojos alimentarían cada una de vuestras pasiones; su pelo, competencia de la seda; su cuerpo lleno de hermosas curvas, sería el mejor paraíso donde perderse; sus delicados brazos estrechándome, sus diminutas pupilas clavándose en cada poro de mi piel; sus dedos tatuándome sus huellas; su respiración entrecortada en mi nuca, sus piernas entrelazando todo mi ser...

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