martes, 24 de julio de 2012

Como si nada hubiera pasado.

¿Sabéis cuál es esa sensación que se queda dentro nuestra una vez que la tormenta ya ha acabado? Es una situación muy extraña y casi inexplicable, ocurre sin un porqué, sin ninguna finalidad, solo puede empeorar las cosas, y me confunde bastante...

Comienza, no sabes el motivo, los nervios están a flor de piel, pasa por que tiene que pasar, durante toda su permanencia te encuentras a la espera de que todo termine, buscando mil soluciones que no te ayudaran en nada, preguntándote el por qué de ese fenómeno, el por qué te sientes así, pero no puedes explicarlo, empiezas a darte por vencida, a derrumbarte, crees que ha llegado el fin, que todo por lo que has luchado ese tiempo va a desaparecer sin más, como si de un sueño se tratase. Ya no te preguntas tanto, no sirve de nada, te quedas en tu cuarto con tu mirada de cristal deseando que todo acabe de una vez para no prolongar el sufrimiento y caes en un profundo sueño...

Comienzas a moverte, de fondo se puede apreciar el piar de los pájaros, los primeros rayos de luz intentan abrirse hueco entre la persiana; sin mucho ánimo decides levantarte una vez más, una pequeña esperanza ha aflorado en tu interior, te asomas al balcón, el jardín repleto de flores, los niños ríen en lo alto de los columpios, parece que todo ha vuelto  a la normalidad, respiras profundamente con los ojos cerrados a la vez que elevas la frente al cielo y los abres, un hermoso arcoiris pinta de colores el cielo...Nadie ha respondido a tus preguntas, pero, ¿qué importa si puedes retomar tu camino desde donde lo dejaste?

No hay comentarios:

Publicar un comentario