Hoy, un domingo, un largo día tras una larga semana, ¿cuántas cosas habré hecho? ¿cuántas cosas habré pensado? y hoy no me acuerdo de una tercera parte...
Me tumbo en la cama muerta del cansancio, dolores en todo el cuerpo, reflexiono sobre si lo que hago, sobre si mi forma de ser servirá de algo, si algún día me llevará a algún lugar lejos de esta casa, en la que he vivido muhas historias, lejos de esta ciudad, que me guarda muchos secretos.
Ahora me entran ganas de llorar, pero no sé el motivo; las lágrimas se apoderan poco a poco de mis ojos y lentamente se deslizan por mis mejillas, pero no sé la razón, ¿o quizás si? Tal vez sea a causa de la presión, me encuentro atada, encerrada; necesito ser libre, actuar libremente sin que haya una persona que esté todo el puto tiempo controlándome, subestimándome, y analizando cada paso que doy, necesito sentirme viva, saber que los demás me necesitan y que yo los necesito a ellos, pero no quiero depender de nadie, quiero ser yo misma, pensar por mi misma, equivocarme por mi culpa...
Me gusta esta aquí tumbada, relajada, pensando en mis cosas, creándome historias que probablemente nunca sucederán pero que siempre me hacen sentirme bien; me gusta desahogarme, llorar, porque eso me demuestra que estoy viva, que tengo sentimientos, y que hay muchas cosas que si quiero...puedo cambiar, todo depende de mi.